Prueba tangible de las buenas relaciones entre las casas Roederer y Marquet, esta botella simbólica de 3 litros fue un obsequio personal a la familia Marquet en 1994, con ocasión del vigésimo aniversario de la creación de la empresa. El mismo director general de Champagne Roederer, Frédéric Heidsieck fue quien procedió a la entrega.