Esta impériale es un ejemplar único en el mundo y un ejemplar histórico. En efecto, fue propiedad del General Montgomery. Fue un obsequio, en el curso de una visita a Burdeos a principios de los años 50, de un grupo de amigos con quienes había luchado en la Segunda Guerra mundial.
El General, siendo un hombre asceta, se puede poner en duda que el vino fuera su bebida habitual. Dado que el tamaño de la botella lo incomodaba singularmente (impériale = 6 litros), lo dejó en manos de uno de sus anfitriones, con la promesa que lo degustarían juntos con ocasión de un próximo encuentro.
El General Montgomery falleció en 1976, sin haber vuelto jamás a Burdeos.
Cuando su amigo, que custodiaba primorosamente la botella murió a su vez en 1977, su viuda puso en venta la totalidad de la bodega. Jordi Marquet se enteró de la existencia de aquella célebre botella gracias a la negociante de Burdeos, Madame Descaves, la Reina Victoria del Medoc. Entonces hizo lo imposible para adquirirla. En 1982, la dirección general del Château Lafite Rothschild se avino excepcionalmente a cambiar el corcho de esta impériale. El nivel había bajado de 2 cm. La operación tuvo lugar en el Château y Monsieur Revelle, el “maître de chai”, tuvo el privilegio de efectuar aquella delicada y emotiva “manipulación”. Feliz coincidencia, Monsieur Revelle había embotellado personalmente aquél fabuloso vino en 1947, fecha de sus inicios profesionales en el Château.
Cabe subrayar que esos grandes formatos se tapan y encapsulan a mano y se producen en pequeñas series. Monsieur Revelle que había perdido de vista aquél ejemplar creyó por un instante ver regresar un «niño prodigio», que había huído, tiempo ha, a recorrer el mundo.
La contraetiqueta, colocada sobre el cristal dando fe de la operación, lleva su firma y rúbrica. Detalle que confiere cierto valor a este tesoro.
Esta botella ya no tiene precio.